Cierra los ojos e imagina que estás dentro de un museo o una tienda de antigüedades. Ahora vuelva a abrir los ojos, lo que verá son: ánforas viejas, candelabros, coronas y escudos de armas de familias antiguas. No es un sueño, todo es verdad, esta colección se hace eco de tiempos pasados pero aún buscada.